Pilar Arroyo comparte con nosotros un resumen de un artículo suyo de reciente publicación en Patient Education and Counseling.
“SPECIAL CHILDREN” (Autora: Mª Pilar Arroyo Aniés. CS Huarte/Grupo Ccón Navarra)
Publicación Patient Education and Counseling 2014; 15:151-2
En nuestro trabajo, hay muchos momentos en los que un médico comparte las dificultades vividas por los padres que tienen un hijo diferente. Estos niños no tienen autonomía y necesitan siempre del cuidado y atención de sus familiares. Los padres no siempre pueden expresar claramente los problemas que experimentan y ello nos supone un reto.
Se trata del relato de cuatro historias de mi consulta, de pacientes con hijos marcados por algún proceso que afectaba en su seguimiento y cuidado a la familia y su repercusión sobre los cuidadores y en la atención a prestar por mí a sus miembros en tanto que modulaban las consultas y procesos que les afectaban, todo un aprendizaje como profesional.
Son episodios entorno a:
Una muchacha cuyo hermano pequeño falleció de leucemia.
Juan, afectado de déficit cognitivo y que vivió toda su vida con su ya anciana madre.
Lucas, cuya enfermedad neurológica incapacitante impactó especialmente en las consultas de su padre.
David, cuyas limitaciones dificultan su integración en clase y lo convierte en el blanco de sórdidas conductas de sus compañeros provocando la reacción paterna… y su atención de urgencia.
(Todos los nombres son ficticios).
Concluyo: como médicos de familia, estamos en posición de ayuda y ocupamos un lugar privilegiado. Conocemos la situación familiar y el constante sufrimiento y necesidad de apoyo. Hay un elevado número de preocupaciones añadidas en la vida de los padres con hijos afectados de procesos tan limitantes. A menudo, podemos marcar la diferencia en la vida y el bienestar de estos niños y sus familias. Paralelamente, expresar mi admiración por su esfuerzo y dedicación.
“SPECIAL CHILDREN” (Autora: Mª Pilar Arroyo Aniés. CS Huarte/Grupo Ccón Navarra)
Publicación Patient Education and Counseling 2014; 15:151-2
En nuestro trabajo, hay muchos momentos en los que un médico comparte las dificultades vividas por los padres que tienen un hijo diferente. Estos niños no tienen autonomía y necesitan siempre del cuidado y atención de sus familiares. Los padres no siempre pueden expresar claramente los problemas que experimentan y ello nos supone un reto.
Se trata del relato de cuatro historias de mi consulta, de pacientes con hijos marcados por algún proceso que afectaba en su seguimiento y cuidado a la familia y su repercusión sobre los cuidadores y en la atención a prestar por mí a sus miembros en tanto que modulaban las consultas y procesos que les afectaban, todo un aprendizaje como profesional.
Son episodios entorno a:
Una muchacha cuyo hermano pequeño falleció de leucemia.
Juan, afectado de déficit cognitivo y que vivió toda su vida con su ya anciana madre.
Lucas, cuya enfermedad neurológica incapacitante impactó especialmente en las consultas de su padre.
David, cuyas limitaciones dificultan su integración en clase y lo convierte en el blanco de sórdidas conductas de sus compañeros provocando la reacción paterna… y su atención de urgencia.
(Todos los nombres son ficticios).
Concluyo: como médicos de familia, estamos en posición de ayuda y ocupamos un lugar privilegiado. Conocemos la situación familiar y el constante sufrimiento y necesidad de apoyo. Hay un elevado número de preocupaciones añadidas en la vida de los padres con hijos afectados de procesos tan limitantes. A menudo, podemos marcar la diferencia en la vida y el bienestar de estos niños y sus familias. Paralelamente, expresar mi admiración por su esfuerzo y dedicación.