Las personas que formamos parte de los comités organizador y científico del 25º Congreso Nacional de Entrevista Clínica y Comunicación Asistencial os queremos agradecer la confianza que depositáis en nosotros cada día a través de las redes sociales. Con menos de una semana de actividad, contamos ya con 300 amigos que nos siguen a través de la cuenta de Twitter del congreso @eclinica2014. Esperamos que esta vía de comunicación os sea de utilidad para conocer mejor este evento, que preparamos con gran ilusión. Hoy queremos haceros un regalo, un regalo para caldear vuestras almas...
Hace unos días conocíamos este escrito de Tatiana Sisquella, periodista catalana que falleció el pasado 6 de febrero tras luchar siete años contra un cáncer de mama. “Metges amb àngel” aparecía en el diario ARA en 2011, y creemos que expresa el buen hacer de tantos y tantos profesionales de nuestra Sanidad, así como la misión de los miembros del Grupo Comunicación y Salud. Para todos vosotros, un fuerte abrazo.
“Un médico, en general, es un experto en alguna parte de tu cuerpo . Hasta aquí, todo normal. Lo que ya es más sorprendente es encontrarte con un médico que tiene ángel. Estos también tienen la carrera de medicina, llevan bata blanca y hacen mala letra, pero, a diferencia de los demás, se definen por cómo te hablan, cómo te miran y cómo te tocan.
Un médico con ángel es una persona que cura antes de comenzar el tratamiento, es un doctor que escucha y se deja sorprender por tus preguntas. Cuando te habla lo hace imaginándose que él es el paciente y no da por sabido ni obviado nada de lo que te puede inquietar. No se cansa de contestar los mismos interrogantes y siempre encuentra un momento para hablar de algo que no es el motivo de la visita. Los médicos con ángel no dicen mentiras, pero saben cómo potenciar las buenas verdades. Tienen un criterio exquisito a la hora de plantear los tratamientos y siempre encuentran una silla por algún rincón para sentar a todos los acompañantes. Si te han de hacer una exploración, se preocupan por si tienen las manos frías y si te han de leer un diagnóstico lo acompañan siempre con un dibujo o una metáfora bien cotidiana, para que todo el mundo lo entienda. Son médicos que recuerdan tu nombre de pila antes de mirar la ficha y no miran el reloj a pesar de trabajar en la Seguridad Social. Suelen saber no sólo los nombres de las enfermeras, sino también cuántos hijos tienen, si el marido está en paro o si han ido a Venecia de vacaciones. Incluso los hay que, si es necesario, dan su teléfono personal para cualquier cosa, sea para una duda o un consuelo.
Yo, que soy paciente de larga duración, reconozco la diferencia sólo poniendo un pie en la consulta. Con pocos minutos sé si he encontrado un médico o un ángel. A todos les doy la enhorabuena. Y a mis ángeles también les envío un beso.”
“Metges amb àngel, herència de Tatiana Sisquella”, en http://www.gss.cat/ca/node/22637
Hace unos días conocíamos este escrito de Tatiana Sisquella, periodista catalana que falleció el pasado 6 de febrero tras luchar siete años contra un cáncer de mama. “Metges amb àngel” aparecía en el diario ARA en 2011, y creemos que expresa el buen hacer de tantos y tantos profesionales de nuestra Sanidad, así como la misión de los miembros del Grupo Comunicación y Salud. Para todos vosotros, un fuerte abrazo.
“Un médico, en general, es un experto en alguna parte de tu cuerpo . Hasta aquí, todo normal. Lo que ya es más sorprendente es encontrarte con un médico que tiene ángel. Estos también tienen la carrera de medicina, llevan bata blanca y hacen mala letra, pero, a diferencia de los demás, se definen por cómo te hablan, cómo te miran y cómo te tocan.
Un médico con ángel es una persona que cura antes de comenzar el tratamiento, es un doctor que escucha y se deja sorprender por tus preguntas. Cuando te habla lo hace imaginándose que él es el paciente y no da por sabido ni obviado nada de lo que te puede inquietar. No se cansa de contestar los mismos interrogantes y siempre encuentra un momento para hablar de algo que no es el motivo de la visita. Los médicos con ángel no dicen mentiras, pero saben cómo potenciar las buenas verdades. Tienen un criterio exquisito a la hora de plantear los tratamientos y siempre encuentran una silla por algún rincón para sentar a todos los acompañantes. Si te han de hacer una exploración, se preocupan por si tienen las manos frías y si te han de leer un diagnóstico lo acompañan siempre con un dibujo o una metáfora bien cotidiana, para que todo el mundo lo entienda. Son médicos que recuerdan tu nombre de pila antes de mirar la ficha y no miran el reloj a pesar de trabajar en la Seguridad Social. Suelen saber no sólo los nombres de las enfermeras, sino también cuántos hijos tienen, si el marido está en paro o si han ido a Venecia de vacaciones. Incluso los hay que, si es necesario, dan su teléfono personal para cualquier cosa, sea para una duda o un consuelo.
Yo, que soy paciente de larga duración, reconozco la diferencia sólo poniendo un pie en la consulta. Con pocos minutos sé si he encontrado un médico o un ángel. A todos les doy la enhorabuena. Y a mis ángeles también les envío un beso.”
“Metges amb àngel, herència de Tatiana Sisquella”, en http://www.gss.cat/ca/node/22637