Por Ana Carvajal
tEACH, el grupo docente de la European Association for Communication in Healthhcare (EACH), realizó su reunión semestral en Madrid durante los días 22 a 26 de abril. Como es habitual se desarrolló la reunión del grupo (días 25 y 26) y un curso de formación de formadores durante los días 23 y 24.
Uno de los objetivos del grupo docente de EACH es ayudar a los miembros de los respectivos países a implementar actividades relacionadas con la docencia en la comunicación. Aprovechando la presencia de personas con amplia experiencia y que llevan años desarrollando programas de comunicación en sus respectivas facultades, se decidió la realización de una actividad en formato simposio sobre la enseñanza de la comunicación en los estudios de Grado, aspecto que en nuestro país está desarrollado de forma muy desigual. El objetivo, sensibilizar especialmente a docentes y responsables del ámbito universitario de la importancia de esta materia en el currículo de los estudiantes.
Participaron como ponentes Jonathan Silverman (Universidad de Cambridge UK), Marcy Rosenbaum (Universidad de Iowa, USA) Evelyn VanWeel-Baumgarten (Universidad de Nejmegen, NL) y Roger Ruiz (Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, E)
Estructura de la sesión
La jornada comenzó con la presentación de ponentes, participantes y organizadoras. Hubo cuatro ponencias y trabajo de grupos: puesta en común sobre cual es la situación actual y cómo ven el futuro en la docencia de comunicación en el grado, cuales son los retos y que ayuda se necesita para avanzar.
La ponencia principal a cargo de Jonathan Silverman con el título “¿Por que nos deberíamos preocupar de la comunicación? Además de reflexionar sobre la importancia de esta competencia en la práctica clínica, explica la experiencia de 12 años en el programa de habilidades de comunicación de su universidad y las claves que han conseguido consolidar este programa.
Los demás ponentes completaron la sesión explicando cada uno un aspecto de la docencia en comunicación en sus respectivas facultades:
Marcy Rosenbaum habló sobre principios fundamentales; Roger Ruiz sobre cómo se puede comenzar un proyecto desde el inicio en una Universidad joven como es la Universidaad Francisco de Vitoria, y Evelyn VanWeel-Baumgarten sobre su proyecto ya desarrollado en Holanda.
Partiendo de la base de que la Comunicación es una de las 4 competencias clínicas, Silverman se pregunta si realmente nos debemos de preocupar de enseñarla. Para ello se hace unas preguntas clave como:
¿ Existen problemas en la comunicación en medicina?
¿Existen soluciones para estos problemas?
Estas soluciones, ¿marcan alguna diferencia en términos de resultados de salud?
¿Se pueden enseñar y aprender esas estrategias?
¿Qué podemos enseñar y evaluar?
A través de un recorrido por las diferentes cuestiones plantea casos prácticos de cómo una misma situación clínica se resuelve de manera diferente en función de las habilidades de comunicación desarrolladas., y expone la abundante evidencia científica disponible hoy en día para cada uno de los aspectos, incluido aquéllos estudios que demuestran un menor tiempo de consulta en profesionales que utilizan mejores habilidades de comunicación. Muestra también estudios que relacionan las técnicas de comunicación eficaz con mayor precisión y eficiencia en las consultas; con la satisfacción de profesionales y pacientes e incluso con la mejora de resultados en salud.
Explica también la evidencia sobre la enseñanza de la comunicación. Como competencia clínica constituida a su vez por una serie de habilidades éstas se pueden enseñar , aprender y mantener en el tiempo, pero sin un entrenamiento continuo se pueden perder. Silverman expone el modelo seguido en su facultad de medicina, donde a lo largo de 3 años los estudiantes tienen una sesión de medio día cada 6 semanas (26 sesiones en total), en las que se integran progresivamente aspectos clínicos y aspectos de comunicación. Se intenta romper así el modelo de “los que enseñan comunicación –los médicos del jersey de lana” y “los que enseñan medicina- los médicos de la bata blanca” y las erróneas atribuciones en cuanto a al conocimiento médico que se suele hacer a cada grupo. (1)
Su propuesta de enseñanza de la comunicación en los estudios de Grado tiene dos aspectos:
(1) El desarrollo de un currículo en comunicación a lo largo del tiempo que permita a los estudiantes incrementar sus habilidades comunicativas en paralelo a la mejora del conocimiento y destrezas clínicas. Este modelo no sería lineal sino helicoidal: a la vez que se añaden nuevos contenidos se pueden revisar o refinar habilidades ya aprendidas
(2) La integración con el resto de las habilidades clínicas. Mientras esto no suceda, la comunicación será percibida como una entidad “divorciada” de la medicina real, como un extra opcional para algunos alumnos. Si la comunicación es una competencia esencial, debe ser enseñada no solo por y para médicos de familia o psiquiatras sino por y para médicos de un amplio rango de especialidades.
(1) Silverman, J. Teaching clical communication A mainstream activity or juast a minority sport? Pati Edu Couns76 (2009) 361–367
Evelyn VanWeel-Baumgarten, profesora del departamento de Atención Primaria en la Universidad de Nejmegen, Holanda, nos explica que la comunicación clínica está ya aceptada como un componente formal del currículo médico en su país y reconocida por organismos de acreditación y educación médica.
El modelo utilizado en su Universidad es también progresivo, con desarrollo del aprendizaje de comunicación a lo largo del currículo –“sin entrenamiento ni refuerzo, las habilidades aprendidas en cursos puntuales se pierden con el tiempo”- e integrado con las habilidades clínicas (historia y exploración). Contrapone este modelo al de otras facultades de su país que todavía enseñan habilidades de comunicación en cursos preclínicos como asignatura independiente.
La propuesta de este modelo, que se aplica en la Universidad de Nijmegen supone:
-Programación de las actividades docentes durante los cursos clínicos
-Integración de las habilidades de comunicación con el resto de habilidades clínicas.
Concretamente, desarrollan a lo largo de los últimos 3 años de carrera lo que denominan “modelo sándwich”:
(1) Sesiones preparatorias para cada rotación , con ensayo de habilidades (1 -4 semanas)
(2) Práctica clínica: observación y participación en el cuidado del paciente
(3) Sesiones de reflexión sobre la práctica clínica
Este modelo pretende preparar a los estudiantes para manejar las diferentes habilidades, además de reducir la posibilidad de contaminación en la práctica al observar modelos no centrados en el paciente. En las sesiones de reflexión, los estudiantes comentan no solo dificultades de comunicación sino también clínicas o de manejo de cualquier otra competencia.
Los aspectos relevantes de este modelo “Habilidades de Comunicación y Consulta” son la preparación con objetivos de aprendizaje, las sesiones experimentales con pacientes simulados y feedback estructurado basado en sus necesidades y objetivos; integración de la comunicación con el contenido clínico; aprendizaje progresivo de habilidades con refuerzo de lo ya aprendido y evaluación formativa y sumativa.
VanWeel nos dice que existen todavía pocas descripciones de este modelo clínico integrador. En el artículo “Bridging the gap”(2) se explica cómo se desarrolla este proceso a raíz del plan Bolonia en 2005 en Nejmegen. En él se describe con detalle el proceso utilizado, con el fin de que pueda servir de inspiración y guía para otras facultades de Medicina. Presenta además resultados de evaluación de alumnos que han aprendido con este programa, con buenos resultados en cuanto a preparación para la práctica clínica.
(2) E. van Weel-Baumgarten et al. / Patient Education and Counseling 90 (2013) 177–183
Conclusiones del simposio:
-Se invitó a participar en el simposio a docentes de comunicación y otros docentes; todos los invitados mostraron interés en la jornada aunque algunos no pudieron asistir por cuestiones de agenda o desplazamiento, solicitando la mayoría de ellos más información para mantener el contacto o participar en futuras actividades.
-Acudieron 20 personas del ámbito docente de diversos lugares y especialidades, que en muchos casos trabajan de forma aislada sin ningún tipo de contacto con otros profesores.
-Tanto el contenido como el formato de la sesión resultaron satisfactorios para la mayoría de los participantes, como hemos ido conociendo por información espontánea tras la jornada.
-El manejo de dos idiomas generó pocas interferencias en un ambiente en el que los asistentes y ponentes hicieron lo posible por hacerse entender y cualquier dificultad se superó con la ayuda de los demás participantes.
-La última parte de la jornada se dedicó a trabajo de grupo. Se planteó ¿cuáles son los retos actuales y cómo se pueden manejar? ¿Qué ayuda se necesita desde dentro del grupo y desde tEACH?
-Los participantes decidieron que sería útil para avanzar: mantener encuentros periódicos; trabajar en red y mantener contacto vía email; tener un consenso en español sobre metodología docente; compilar y adaptar material educativo.
Por nuestra parte, planteamos crear un grupo de interés que pudiese canalizar las ideas propuestas y ayudar a hacer visible para los demás el trabajo que muchos profesionales desarrollan ya en este ámbito.
A este grupo de interés le hemos dado un nombre, para poder crear una lista de correo y distinguirlo de otras actividades:
COMsigUE (comunicación-special interest group-universidad-enseñanza).
Desde aquí invitamos a todas aquellas personas que deseen formar parte de este grupo de interés, por favor contactar con:
comsigue@gmail.com
Agradecemos la desinteresada colaboración en las jornadas de Angel Otero, Coordinador Docente de la Unidad docente de medicina de familia y Atención Primaria, de la Universidad Autónoma de Madrid; a los ponentes Jonathan Silverman, Marcy Rosenbaum, Evelyn VanWeel-Baumgarten y Roger Ruiz; a la Universidad Francisco de Vitoria que en su momento nos ofreció y puso a nuestra disposición sus medios; a todos los participantes, a tEACH y al GPCyS
tEACH, el grupo docente de la European Association for Communication in Healthhcare (EACH), realizó su reunión semestral en Madrid durante los días 22 a 26 de abril. Como es habitual se desarrolló la reunión del grupo (días 25 y 26) y un curso de formación de formadores durante los días 23 y 24.
Uno de los objetivos del grupo docente de EACH es ayudar a los miembros de los respectivos países a implementar actividades relacionadas con la docencia en la comunicación. Aprovechando la presencia de personas con amplia experiencia y que llevan años desarrollando programas de comunicación en sus respectivas facultades, se decidió la realización de una actividad en formato simposio sobre la enseñanza de la comunicación en los estudios de Grado, aspecto que en nuestro país está desarrollado de forma muy desigual. El objetivo, sensibilizar especialmente a docentes y responsables del ámbito universitario de la importancia de esta materia en el currículo de los estudiantes.
Participaron como ponentes Jonathan Silverman (Universidad de Cambridge UK), Marcy Rosenbaum (Universidad de Iowa, USA) Evelyn VanWeel-Baumgarten (Universidad de Nejmegen, NL) y Roger Ruiz (Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, E)
Estructura de la sesión
La jornada comenzó con la presentación de ponentes, participantes y organizadoras. Hubo cuatro ponencias y trabajo de grupos: puesta en común sobre cual es la situación actual y cómo ven el futuro en la docencia de comunicación en el grado, cuales son los retos y que ayuda se necesita para avanzar.
La ponencia principal a cargo de Jonathan Silverman con el título “¿Por que nos deberíamos preocupar de la comunicación? Además de reflexionar sobre la importancia de esta competencia en la práctica clínica, explica la experiencia de 12 años en el programa de habilidades de comunicación de su universidad y las claves que han conseguido consolidar este programa.
Los demás ponentes completaron la sesión explicando cada uno un aspecto de la docencia en comunicación en sus respectivas facultades:
Marcy Rosenbaum habló sobre principios fundamentales; Roger Ruiz sobre cómo se puede comenzar un proyecto desde el inicio en una Universidad joven como es la Universidaad Francisco de Vitoria, y Evelyn VanWeel-Baumgarten sobre su proyecto ya desarrollado en Holanda.
Partiendo de la base de que la Comunicación es una de las 4 competencias clínicas, Silverman se pregunta si realmente nos debemos de preocupar de enseñarla. Para ello se hace unas preguntas clave como:
¿ Existen problemas en la comunicación en medicina?
¿Existen soluciones para estos problemas?
Estas soluciones, ¿marcan alguna diferencia en términos de resultados de salud?
¿Se pueden enseñar y aprender esas estrategias?
¿Qué podemos enseñar y evaluar?
A través de un recorrido por las diferentes cuestiones plantea casos prácticos de cómo una misma situación clínica se resuelve de manera diferente en función de las habilidades de comunicación desarrolladas., y expone la abundante evidencia científica disponible hoy en día para cada uno de los aspectos, incluido aquéllos estudios que demuestran un menor tiempo de consulta en profesionales que utilizan mejores habilidades de comunicación. Muestra también estudios que relacionan las técnicas de comunicación eficaz con mayor precisión y eficiencia en las consultas; con la satisfacción de profesionales y pacientes e incluso con la mejora de resultados en salud.
Explica también la evidencia sobre la enseñanza de la comunicación. Como competencia clínica constituida a su vez por una serie de habilidades éstas se pueden enseñar , aprender y mantener en el tiempo, pero sin un entrenamiento continuo se pueden perder. Silverman expone el modelo seguido en su facultad de medicina, donde a lo largo de 3 años los estudiantes tienen una sesión de medio día cada 6 semanas (26 sesiones en total), en las que se integran progresivamente aspectos clínicos y aspectos de comunicación. Se intenta romper así el modelo de “los que enseñan comunicación –los médicos del jersey de lana” y “los que enseñan medicina- los médicos de la bata blanca” y las erróneas atribuciones en cuanto a al conocimiento médico que se suele hacer a cada grupo. (1)
Su propuesta de enseñanza de la comunicación en los estudios de Grado tiene dos aspectos:
(1) El desarrollo de un currículo en comunicación a lo largo del tiempo que permita a los estudiantes incrementar sus habilidades comunicativas en paralelo a la mejora del conocimiento y destrezas clínicas. Este modelo no sería lineal sino helicoidal: a la vez que se añaden nuevos contenidos se pueden revisar o refinar habilidades ya aprendidas
(2) La integración con el resto de las habilidades clínicas. Mientras esto no suceda, la comunicación será percibida como una entidad “divorciada” de la medicina real, como un extra opcional para algunos alumnos. Si la comunicación es una competencia esencial, debe ser enseñada no solo por y para médicos de familia o psiquiatras sino por y para médicos de un amplio rango de especialidades.
(1) Silverman, J. Teaching clical communication A mainstream activity or juast a minority sport? Pati Edu Couns76 (2009) 361–367
Evelyn VanWeel-Baumgarten, profesora del departamento de Atención Primaria en la Universidad de Nejmegen, Holanda, nos explica que la comunicación clínica está ya aceptada como un componente formal del currículo médico en su país y reconocida por organismos de acreditación y educación médica.
El modelo utilizado en su Universidad es también progresivo, con desarrollo del aprendizaje de comunicación a lo largo del currículo –“sin entrenamiento ni refuerzo, las habilidades aprendidas en cursos puntuales se pierden con el tiempo”- e integrado con las habilidades clínicas (historia y exploración). Contrapone este modelo al de otras facultades de su país que todavía enseñan habilidades de comunicación en cursos preclínicos como asignatura independiente.
La propuesta de este modelo, que se aplica en la Universidad de Nijmegen supone:
-Programación de las actividades docentes durante los cursos clínicos
-Integración de las habilidades de comunicación con el resto de habilidades clínicas.
Concretamente, desarrollan a lo largo de los últimos 3 años de carrera lo que denominan “modelo sándwich”:
(1) Sesiones preparatorias para cada rotación , con ensayo de habilidades (1 -4 semanas)
(2) Práctica clínica: observación y participación en el cuidado del paciente
(3) Sesiones de reflexión sobre la práctica clínica
Este modelo pretende preparar a los estudiantes para manejar las diferentes habilidades, además de reducir la posibilidad de contaminación en la práctica al observar modelos no centrados en el paciente. En las sesiones de reflexión, los estudiantes comentan no solo dificultades de comunicación sino también clínicas o de manejo de cualquier otra competencia.
Los aspectos relevantes de este modelo “Habilidades de Comunicación y Consulta” son la preparación con objetivos de aprendizaje, las sesiones experimentales con pacientes simulados y feedback estructurado basado en sus necesidades y objetivos; integración de la comunicación con el contenido clínico; aprendizaje progresivo de habilidades con refuerzo de lo ya aprendido y evaluación formativa y sumativa.
VanWeel nos dice que existen todavía pocas descripciones de este modelo clínico integrador. En el artículo “Bridging the gap”(2) se explica cómo se desarrolla este proceso a raíz del plan Bolonia en 2005 en Nejmegen. En él se describe con detalle el proceso utilizado, con el fin de que pueda servir de inspiración y guía para otras facultades de Medicina. Presenta además resultados de evaluación de alumnos que han aprendido con este programa, con buenos resultados en cuanto a preparación para la práctica clínica.
(2) E. van Weel-Baumgarten et al. / Patient Education and Counseling 90 (2013) 177–183
Conclusiones del simposio:
-Se invitó a participar en el simposio a docentes de comunicación y otros docentes; todos los invitados mostraron interés en la jornada aunque algunos no pudieron asistir por cuestiones de agenda o desplazamiento, solicitando la mayoría de ellos más información para mantener el contacto o participar en futuras actividades.
-Acudieron 20 personas del ámbito docente de diversos lugares y especialidades, que en muchos casos trabajan de forma aislada sin ningún tipo de contacto con otros profesores.
-Tanto el contenido como el formato de la sesión resultaron satisfactorios para la mayoría de los participantes, como hemos ido conociendo por información espontánea tras la jornada.
-El manejo de dos idiomas generó pocas interferencias en un ambiente en el que los asistentes y ponentes hicieron lo posible por hacerse entender y cualquier dificultad se superó con la ayuda de los demás participantes.
-La última parte de la jornada se dedicó a trabajo de grupo. Se planteó ¿cuáles son los retos actuales y cómo se pueden manejar? ¿Qué ayuda se necesita desde dentro del grupo y desde tEACH?
-Los participantes decidieron que sería útil para avanzar: mantener encuentros periódicos; trabajar en red y mantener contacto vía email; tener un consenso en español sobre metodología docente; compilar y adaptar material educativo.
Por nuestra parte, planteamos crear un grupo de interés que pudiese canalizar las ideas propuestas y ayudar a hacer visible para los demás el trabajo que muchos profesionales desarrollan ya en este ámbito.
A este grupo de interés le hemos dado un nombre, para poder crear una lista de correo y distinguirlo de otras actividades:
COMsigUE (comunicación-special interest group-universidad-enseñanza).
Desde aquí invitamos a todas aquellas personas que deseen formar parte de este grupo de interés, por favor contactar con:
comsigue@gmail.com
Agradecemos la desinteresada colaboración en las jornadas de Angel Otero, Coordinador Docente de la Unidad docente de medicina de familia y Atención Primaria, de la Universidad Autónoma de Madrid; a los ponentes Jonathan Silverman, Marcy Rosenbaum, Evelyn VanWeel-Baumgarten y Roger Ruiz; a la Universidad Francisco de Vitoria que en su momento nos ofreció y puso a nuestra disposición sus medios; a todos los participantes, a tEACH y al GPCyS